Esta semana oramos por las
Madrasas
En sentido estricto, una madrasa es una escuela que enseña el islam y las materias islámicas a los niños. Sin embargo, la asignatura más importante es la memorización de todo el Corán. La historia, las matemáticas, los idiomas y otras disciplinasde estudio se enseñan desde una perspectiva muy estrecha y coránica. Estas escuelas proporcionan poco aprendizaje relevante para los trabajos fuera de la mezquita, y sus métodos de enseñanza se basan en un sistema de memorización.
Las madrasas son a menudo semilleros de adoctrinamiento ideológico que influyen en los alumnos para que sean radicales en su visión y fanáticos en su comportamiento hacia los demás. El número estimado de niños que asisten a estas escuelas es asombroso y suficiente para enviar señales de alarma al mundo entero. Incluso en algunos países musulmanes, los funcionarios gubernamentales ven estas escuelas como fuentes de problemas y las consideran incubadoras de radicalismo y terrorismo.
Oración
Creador y Hacedor de todos los seres humanos, nos creaste para tu gloria. Sin embargo, algunos piensan que las personas que no están de acuerdo con sus creencias y prácticas deben ser asesinadas y eliminadas de la faz de la tierra. Tu Palabra lo dice bien: “Los lugares oscuros de la tierra están llenos de moradas de violencia” (Salmos 74:20).
Por eso, Señor Jesucristo, Dios de la paz, te rogamos en nombre de los propietarios, profesores, administradores y alumnos de las madrasas que promueven, planifican y practican la violencia. ¡Sálvalos, oh Señor! Detén los torrentes de violencia que se desbordan en las jóvenes vidas de los estudiantes. Que lleguen a creer en Cristo y en su sacrificio en la cruz. Cambia sus vidas. Que sean transformados por el poder del Espíritu Santo para convertirse en vasos de honor y paz para Cristo.
Llénalos de tu amor y de tu luz. Que tu Espíritu habite y reine en sus vidas. Por el poder de la sangre de Jesús, que su luz brille en este mundo. Mantenlos fieles a ti y a tu Palabra.
Haz que sean servidores del Evangelio del amor y del sacrificio de Dios. Envíalos como ministros y misioneros del Evangelio de la paz.
Promesa
Hay porvenir para quien busca la paz. (Salmos 37:37, NVI).