Esta semana oramos por el concepto islámico del
Mahram para las mujeres
Según el islam, las mujeres son torcidas y propensas a la tentación; de hecho, ellas mismas son un medio de tentación para los hombres. Por lo tanto, hay que vigilarlas cuidadosamente, cubrir sus cuerpos cuando están en público y no dejarles hablar con extraños.
En consecuencia, los musulmanes creen que una mujer nunca debe salir sola de su casa o comunidad. Debe tener una escolta o un acompañante que la vigile. En el islam, ese acompañante se llama mahram. En cierto sentido, el mahramprotege a la mujer de sí misma.
Normalmente, un mahram es un padre, un hermano, un hijo o cualquier otro varón que no pueda casarse con la mujer a la que protege.
Este concepto, al igual que otras creencias del islam, habla de un sistema religioso roto que no reconoce que el verdadero problema es la raíz del pecado en el corazón de la persona. Los guardianes del sistema creen que pueden controlar el pecado mediante restricciones externas. En el caso del mahram, el varón que acompaña a la mujer es el medio para protegerla de sí misma.
Oración
Señor Dios, creador nuestro, nos has creado al hombre y a la mujer a tu imagen y semejanza. Nos has dotado de grandes dones. Sin embargo, todos hemos caído en el pecado. Ninguno de nosotros, lejos de Cristo, puede pretender alcanzar la justicia. Ninguno de nosotros es superior a los demás. No creemos que las mujeres sean más pecadoras que los hombres.
Oro para que muchos musulmanes, tanto hombres como mujeres, vengan a ti esta semana a través de Jesús, nuestro Salvador y Redentor. Ayúdales a darse cuenta de que todos son pecadores que están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23), y que solo por tu gracia pueden tener acceso a ti.
Te ofrezco esta oración en el precioso nombre de Jesucristo, tu Hijo, mi Señor. Amén.
Promesa
¡Sea Jael, esposa de Héber el quenita, la más bendita entre las mujeres, la más bendita entre las mujeres que habitan en carpas! (Jueces 5:24, NVI).
El ángel se acercó a ella y le dijo: —¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo (María). … María dijo: … “Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones…” (Lucas 1:28, 46, 48, NVI).