Esta semana oramos por el legado de
Samuel Zwemer
Samuel M. Zwemer (1867-1952) fue un misionero estadounidense entre los musulmanes. Ejerció su ministerio en Egipto, Irak, Bahréin, Yemen, Líbano y varias partes de Arabia. Se le llamó “Apóstol del islam” y “ardiente heraldo del Evangelio” entre los musulmanes.[1] Como misionero entre los musulmanes, realizó hazañas increíbles en su trabajo, investigación y escritos. Tras años de experiencia, declaró: “La fuerza del islam es quedarse quieto, prohibir el pensamiento, amordazar a los reformistas, abominar del progreso”. Su lema era: “Quien no ama, no vive; quien vive de la Vida [de Cristo] no puede morir”.[2]
Oración
Padre nuestro que estás en los cielos, te damos gracias por personas como Samuel Zwemer. Tú lo llamaste y lo equipaste. Gracias por su valor, su sacrificio y su perseverancia. Te pido que llames a muchos jóvenes y los prepares para la gran tarea de difundir tu Palabra entre los musulmanes. Dales el valor de afrontar la oposición y la hostilidad con perseverancia y humildad. Así como prendiste a Zwemer con celo, equipa a estos nuevos mensajeros con un compromiso firme y un amor inquebrantable por los perdidos.
Ayúdales a comprender que el camino de la obediencia no siempre es fácil. A menudo hay que pagar un alto precio. Samuel Zwemer y su esposa enterraron a su hija de 4 años y a su hija de 7 años con una semana de diferencia en Bahréin. En las tumbas escribieron: “Digno es el Cordero de recibir riquezas”. Ayuda a los nuevos misioneros a estar dispuestos a pagar el precio de la obediencia.
Señor Dios todopoderoso, es el amanecer del Evangelio en el mundo musulmán. Manifiesta tu gloria entre los musulmanes. En el precioso nombre de Jesús. Amén.
Promesa
Los que confían en el Señor son como el monte Sion, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre. Como rodean las colinas a Jerusalén, así rodea el Señor a su pueblo, desde ahora y para siempre. (Salmos 125:1-2, NVI).
[1] J. Christy Wilson, Apostle to Islam [Apóstol al islam], pág. 4.
[2] Samuel Zwemer, Raymund Lull, pág. 45.